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Paz y Ciencia

sábado, 24 de noviembre de 2012

Felicidad que permanece: Bert Hellinger




Mi felicidad es plena cuando todos los que forman parte de mi familia tienen un lugar en mi corazón. Si se excluyó u olvidó a alguien, empieza en nosotros y en nuestra familia su búsqueda. Percibimos que no falta algo, pero a menudo no sabemos dónde buscar. Una búsqueda de este tipo lleva, a veces, a la adicción, a veces también a la búsqueda de Dios. Sentimos un vacío en nosotros, un vacío que queremos llenar.

Podemos comprobar en nosotros si nos falta alguien. Nos tomamos cinco minutos y cerramos los ojos. Nos dirigimos internamente a cada uno de los que pertenecen a nuestra familia. Los miramos a lo ojos, también a los que ya llevan mucho tiempo muertos. Les decimos: "Te veo. Te respeto. Te doy un lugar en mi alma." Percibimos inmediatamente que nos sentimos más plenos.
Al mismo tiempo sentimos si falta alguien. Por ejemplo, alguien olvidado, alguien a quien la familia vivía como una carga, alguien de quien se quería librar. También a ellos los miramos a los ojos. Les decimos: "Te veo. Te respeto. Te amo. Te doy en mi corazón el lugar que te corresponde." De nuevo percibimos qué efecto tiene en nosotros y cómo estamos más plenos.

Uno de los conocimientos de largo alcance de las constelaciones familiares tiene que ver con nuestra salud, la salud plena.
Muchas enfermedades representan a personas de las que nosotros o nuestra familia se quiere librar, que hemos olvidado o excluido. También eso lo podemos comprobar en nosotros.
De nuevo nos tomamos cinco minutos y cerramos los ojos. Nos hundimos en nuestro cuerpo y sentimos dónde nos duele algo, dónde hay algo enfermo.
¿Cuál es, por lo general, nuestra respuesta? Queremos librarnos de lo que nos duele y de lo que nos enferma, de modo parecido a como nosotros o nuestra familia nos queríamos librar de una persona.
Ahora recorremos el camino inverso. Acogemos con amor en nuestra alma y en nuestro corazón lo que nos duele y lo que nos enferma. Le decimos: "Puedes quedarte conmigo. En mí puedes alcanzar la paz". Mientras tanto prestamos atención al efecto que tiene sobre nuestro cuerpo y qué provoca en él. A menudo un dolor cede y nos sentimos aliviados.
En un paso siguiente tratarnos de percibir hacia qué persona se dirige la mirada de esa enfermedad y ese dolor. A qué persona, a la que acaso nosotros o nuestra familia haya tratado injustamente.
Al cabo de un rato lo sabemos o lo intuimos. Miramos a esa persona junto con nuestro dolor y nuestra enfermedad. Le decimos: "Ahora te veo. Ahora te respeto. Ahora te amo. Ahora te doy un lugar en mi corazón".
¿Cómo estamos entonces? ¿Cómo está nuestra enfermedad? ¿Cómo está nuestro dolor? También en este caso, pleno signifca al completo

Bert Hellinger: "Felicidad que permanece. Lo esencial de las constelaciones familiares".



http://youtu.be/Oj8aNCtTHW4 Chambao -Papeles Mojados-
http://youtu.be/2rDVuFiSBQM Directo de Chambao

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