A través del amor aparece en la creación un campo de energía nuevo y fuerte, que es mucho más que la suma de sus partes. El amor es algo que no se puede explicar de forma racional, porque se extiende mucho más allá de la estructura corporal y espiritual de la persona. Se trata de un anhelo metafísico, de una fuerza primordial, que conduce a romper las limitaciones del yo.
El problema es que con frecuencia buscamos el amor en los lugares equivocados, fuera de nosotros, en los demás. Pero en última instancia el amor verdadero surge de la fuente primordial de la vida. Se trata del amor incondicional que fluye de la experiencia de la unidad de todo lo vivo. El sol de este amor reluce siempre, aunque en una persona concreta pueda estar permanentemente oscurecido a causa de las nubes del egocentrismo.
Willigis Jäger: "Sobre el amor", pág.: 71-72
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